Fiscal
30 abril, 2025

Cada año, miles de personas en España presentan su declaración de la renta con la mejor de las intenciones… pero no siempre con toda la información. Es habitual cometer fallos, desde los más pequeños —como olvidar un dato— hasta los que pueden generar un problema serio con Hacienda. Algunos errores en la declaración de la renta apenas tienen consecuencias. Otros, sin embargo, pueden acabar en sanciones, recargos o devoluciones indebidas que más vale evitar.

La buena noticia es que casi todos los errores en la renta se pueden corregir, siempre que se detecten a tiempo. Y, sobre todo, que muchos pueden evitarse si se revisa bien la información o se cuenta con la ayuda de una asesoría profesional como Ofidem. Vamos a repasar los fallos más comunes, cómo prevenirlos y qué hacer si ya los has cometido. En el caso en que el error lo haya cometido tu asesor, te damos en este otro post las claves de cómo actuar cuando tu gestor ha hecho mal la renta.

Los errores más comunes en la declaración de la renta

Aunque parezca una tarea rutinaria, la declaración de la renta es un documento fiscal complejo en el que cada dato cuenta. Cualquier descuido o exceso de confianza puede convertirse en un error con consecuencias inesperadas. Vamos a repasar los errores más comunes en la declaración de la renta, para ayudarte a identificarlos y, lo más importante, saber cómo evitarlos desde el primer momento.

No revisar el borrador de Hacienda

Uno de los errores más habituales es dar por buena la información del borrador que ofrece Hacienda sin comprobarla. Este documento no siempre está completo ni actualizado.

Los errores típicos incluyen ingresos omitidos, deducciones no aplicadas o datos fiscales incorrectos. Aceptarlo sin más puede suponer pagar de más… o recibir una devolución indebida que luego toca devolver con intereses.

Omitir ingresos de alquileres o rendimientos del capital

Aunque Hacienda no tenga constancia directa de algunos ingresos, el contribuyente sigue teniendo la obligación de declararlos. Esto ocurre, por ejemplo, con los alquileres o con ciertos productos financieros.

Si no se incluyen en la declaración, puede interpretarse como ocultación de ingresos, y eso conlleva recargos, intereses e incluso sanciones económicas.

Declarar mal las deducciones

Las deducciones por vivienda habitual, por maternidad, por donativos o por aportaciones a planes de pensiones son muy comunes… pero no siempre se aplican correctamente.

Declararlas mal puede suponer perder dinero (por no aprovecharlas del todo) o bien que Hacienda las anule tras una revisión. En este caso, también hay que devolver lo cobrado de más, con intereses.

No incluir ingresos del extranjero

Si eres residente fiscal en España, debes declarar todos tus ingresos, también los obtenidos fuera del país. Esto incluye pensiones, rentas, intereses o dividendos.

España tiene convenios para evitar la doble imposición, pero eso no exime de declarar los importes. Omitirlos es un error que puede traer inspecciones y sanciones.

Confusión entre declaraciones individuales y conjuntas

Este error es más frecuente de lo que parece. A veces, se presenta una declaración conjunta sin calcular si realmente es la opción más ventajosa.

Y otras veces ocurre lo contrario: se hace una declaración individual y se pierde una deducción o bonificación que habría sido posible de forma conjunta.

Elegir bien la modalidad puede suponer un ahorro importante.

No declarar criptomonedas o compraventas de acciones

Cada vez más personas invierten en criptomonedas, acciones o fondos. Pero no todas declaran correctamente sus plusvalías o minusvalías. Hacienda tiene herramientas para rastrear estos movimientos. No incluirlos puede suponer una infracción tributaria, aunque el beneficio sea pequeño.

Confundir gastos deducibles si eres autónomo

Los autónomos tienen derecho a deducir muchos gastos, pero no todos los gastos son deducibles. Algunos errores habituales son incluir facturas personales, gastos sin relación con la actividad o no conservar justificantes.

Esto puede derivar en paralizaciones de la devolución, requerimientos de información o incluso sanciones.

Cómo evitar errores en la renta

La mejor forma de no tener que corregir errores en la declaración de la renta es evitarlos desde el principio. Aquí van algunos consejos prácticos:

  • Revisa cada dato del borrador: no te fíes ciegamente del prellenado de Hacienda. Comprueba ingresos, retenciones, deducciones y situación personal.
  • Ten a mano tus certificados fiscales: asegúrate de contar con todos los documentos necesarios: certificados de empresa, bancos, seguros, hipotecas, alquileres, etc. Cuantos más datos tengas tú, mejor podrás contrastar la información.
  • Infórmate sobre las deducciones autonómicas y estatales: muchas veces se pasan por alto por desconocimiento. Hay deducciones por alquiler, por hijos, por discapacidad, por inversión en vivienda, por movilidad geográfica…
  • Si eres autónomo, lleva una contabilidad clara y actualizada: eso te permitirá identificar correctamente qué puedes deducir y qué no, además de facilitarte la vida a la hora de hacer la declaración.
  • En caso de duda: consulta a una asesoría fiscal profesional. Un pequeño error puede salir caro. Contar con especialistas como los de Ofidem te da seguridad y te ahorra sustos.

¿Y si ya he cometido un error en la declaración de la renta?

No entres en pánico. Si detectas un fallo tras presentar la declaración, todavía estás a tiempo de corregir errores en la renta. La clave es actuar con rapidez. 

¿Se puede modificar una declaración ya presentada?

Sí. Existen dos vías para hacerlo:

  • Si el error te perjudica (es decir, si pagaste de más), puedes solicitar una rectificación de autoliquidación.
  • Si el error te beneficia (por ejemplo, cobraste una devolución mayor de la que te corresponde), debes presentar una declaración complementaria para regularizar la situación.

Plazos para corregir errores en la renta

  • Para presentar una rectificación, tienes un plazo de 4 años desde la finalización del periodo de presentación (normalmente, desde el 30 de junio del año correspondiente).
  • Para una complementaria, es preferible hacerlo cuanto antes, ya que cuanto más tardes, mayores pueden ser los recargos e intereses.

Qué hacer si Hacienda ya ha detectado el error

En algunos casos, es la propia Agencia Tributaria la que te avisa con una propuesta de liquidación o un requerimiento de información.

Aquí es vital actuar rápido y contar con asesoramiento profesional. Una buena respuesta puede reducir la sanción, frenar intereses o incluso evitar el procedimiento sancionador.

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