Fiscal Laboral
22 julio, 2024

En el ámbito empresarial, la figura del administrador solidario juega un papel crucial en la gestión y dirección de una empresa. Este rol, compartido por una o varias personas, permite una administración ágil y eficiente, ya que cada administrador tiene la capacidad de tomar decisiones de manera independiente. Sin embargo, esta autonomía también implica una serie de responsabilidades y posibles riesgos que es importante conocer. 

En este artículo, te contamos en detalle qué es un administrador solidario, sus funciones, limitaciones y las implicaciones legales que conlleva, ayudándote a entender si esta figura es la adecuada para tu empresa.

¿Qué es un administrador solidario?

Un administrador solidario es una figura legal en el ámbito empresarial que se refiere a una persona o varias personas que comparten la responsabilidad de la administración de una empresa de manera conjunta y solidaria. Esto significa que cada uno de los administradores solidarios tiene la capacidad de actuar de forma individual en nombre de la empresa, sin necesidad de la concurrencia de los demás administradores para la toma de decisiones o la ejecución de acciones.

Esta figura se diferencia de otras formas de administración como el administrador único, que concentra todas las responsabilidades en una sola persona, y los administradores mancomunados, donde las decisiones deben ser tomadas de manera conjunta por todos los administradores designados. 

En el caso del administrador solidario, la confianza en la capacidad de cada uno de los administradores es clave, ya que cualquier decisión o acción realizada por uno de ellos compromete a la empresa en su totalidad.

¿Qué puede hacer un administrador solidario?

  • Un administrador solidario tiene la capacidad de tomar decisiones de manera independiente, lo que significa que puede ejecutar acciones y decisiones sin la necesidad de consultar o obtener la aprobación de los otros administradores solidarios. Esto incluye la firma de contratos, la representación de la empresa frente a terceros y la ejecución de transacciones financieras.
  • Además, el administrador solidario puede representar legalmente a la empresa en asuntos legales, comerciales y administrativos. Tiene la autoridad para firmar documentos oficiales y contratos que comprometan a la empresa, actuando en nombre de esta en diversas situaciones.
  • En cuanto a la gestión operativa y estratégica, el administrador solidario dirige y supervisa las operaciones diarias de la empresa. Es responsable de implementar estrategias y políticas que promuevan el crecimiento y desarrollo del negocio, asegurando que las operaciones se alineen con los objetivos estratégicos.
  • También tiene competencias en la administración de recursos financieros. Puede aprobar y gestionar presupuestos, inversiones y financiamiento, así como tomar decisiones financieras importantes, como la distribución de dividendos o la reinversión de beneficios. Su rol incluye asegurar la salud financiera de la empresa a largo plazo.
  • Por último, el administrador solidario gestiona el personal de la empresa. Esto incluye la contratación, el despido y la supervisión del personal. Implementa políticas de recursos humanos y asegura el cumplimiento de las normativas laborales, garantizando un ambiente de trabajo justo y legal.

Acciones que no puede hacer un administrador solidario

  • A pesar de sus amplias competencias, un administrador solidario no puede actuar en contra de los estatutos de la empresa. Las decisiones y acciones que tome deben estar alineadas con los estatutos y reglamentos internos, así como con los objetivos y la misión de la empresa. Cualquier acción que contradiga estos principios está fuera de sus facultades.
  • Tampoco puede comprometer a la empresa en acciones ilegales. Es imperativo que el administrador solidario se asegure de que todas las acciones y decisiones cumplan con las leyes y regulaciones aplicables, evitando cualquier actividad ilegal o fraudulenta.
  • El administrador solidario no puede tomar decisiones contrarias a los acuerdos de la junta de accionistas. Debe respetar y ejecutar las decisiones tomadas en las juntas de accionistas o por el consejo de administración, garantizando que sus acciones estén en línea con las directrices acordadas por estos órganos de gobierno.
  • En situaciones de conflicto de interés, el administrador solidario debe actuar con integridad. No puede tomar decisiones o acciones que beneficien sus intereses personales en detrimento de los intereses de la empresa. Debe evitar cualquier situación que pueda resultar en un conflicto de interés y actuar siempre en beneficio de la empresa.
  • Finalmente, el administrador solidario no puede disponer de activos clave de la empresa sin la aprobación correspondiente. La venta o disposición de activos significativos debe ser aprobada por el consejo de administración o los accionistas, dependiendo de la magnitud de la operación. 

¿Un administrador solidario debe ser autónomo?

No es obligatorio que un administrador solidario sea autónomo. La figura del administrador solidario se refiere a las funciones y responsabilidades en la gestión de la empresa, no a su situación laboral o de cotización a la seguridad social. 

Es cierto que, en la mayoría de los casos, un administrador solidario suele ser también propietario de un porcentaje significativo de las acciones o participaciones sociales, de ahí que deba darse de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) y cotizar como tal. 

Sin embargo, si el administrador solidario no tiene control efectivo sobre la empresa y se limita a desempeñar funciones administrativas, no sería necesario que se dé de alta como autónomo. 

¿Un administrador solidario responde con sus bienes?

Sí, un administrador solidario puede responder con sus bienes personales por las deudas y obligaciones de la empresa bajo ciertas circunstancias. La responsabilidad de los administradores solidarios está regulada por la Ley de Sociedades de Capital en España, que establece las situaciones en las que los administradores pueden ser considerados responsables de manera personal y directa.

En principio, los administradores solidarios no tienen una responsabilidad ilimitada por las deudas de la empresa, ya que la responsabilidad de los socios en una sociedad de capital (como una sociedad anónima o una sociedad limitada) está limitada al capital aportado. Sin embargo, hay casos específicos en los que los administradores pueden ser considerados responsables con su patrimonio personal.

  1. Acción social de responsabilidad: Los socios o la propia sociedad pueden iniciar una acción de responsabilidad contra los administradores si consideran que estos han actuado de manera negligente o contraria a los intereses de la empresa, causando un perjuicio económico. Si la demanda prospera, los administradores pueden ser condenados a indemnizar a la empresa con sus bienes personales.
  2. Acción individual de responsabilidad: Cualquier tercero que haya sufrido un daño directo como consecuencia de actos u omisiones de los administradores puede demandarlos individualmente. Si se demuestra que el daño fue causado por una acción dolosa, culposa o negligente del administrador, este puede ser obligado a responder con su patrimonio personal.
  3. Responsabilidad por deudas tributarias y de la Seguridad Social: En caso de que la empresa incumpla con sus obligaciones tributarias o de la Seguridad Social, los administradores pueden ser considerados responsables solidarios y subsidiarios de dichas deudas. Esto significa que la Agencia Tributaria o la Seguridad Social pueden reclamar el pago de las deudas a los administradores con sus bienes personales.
  4. Insolvencia y concurso de acreedores: Si la empresa entra en concurso de acreedores y se demuestra que los administradores no han cumplido con sus deberes legales de solicitar el concurso en el momento adecuado o han actuado de manera fraudulenta, pueden ser declarados responsables de las deudas de la empresa. En estos casos, los administradores responderán con su patrimonio personal.

¿Cuántos administradores solidarios puede tener una empresa?

El número de administradores solidarios que puede tener una empresa no está limitado por la ley española, por lo que una empresa puede nombrar tantos administradores solidarios como considere necesario. La decisión sobre el número de administradores solidarios suele depender de la estructura y las necesidades específicas de la empresa.

Algunas empresas prefieren nombrar solo a dos o tres administradores solidarios para mantener un equilibrio entre agilidad en la toma de decisiones y coordinación efectiva. Sin embargo, en empresas más grandes o con operaciones más complejas, puede ser beneficioso tener un mayor número de administradores solidarios para gestionar diversas áreas o departamentos de la compañía.

Es importante que, independientemente del número de administradores solidarios, exista una clara comunicación y coordinación entre ellos para asegurar que todas las acciones y decisiones estén alineadas con los objetivos estratégicos de la empresa y que no se produzcan conflictos o duplicidades en las funciones.

Beneficios de adquirir la figura de administrador solidario en una empresa

Uno de los principales beneficios de tener administradores solidarios es la agilidad en la toma de decisiones. Dado que cada administrador puede actuar de manera independiente, las decisiones se pueden tomar rápidamente sin necesidad de convocar reuniones o esperar la aprobación de otros administradores, como sucedería en el caso de los administradores mancomunados. Esta agilidad es especialmente valiosa en situaciones que requieren respuestas rápidas y efectivas.

Además, contar con varios administradores solidarios puede distribuir la carga de trabajo y responsabilidad entre varias personas. Esto puede llevar a una gestión más equilibrada y evitar la sobrecarga de una sola persona, frente a la figura del administrador único.

La figura del administrador solidario también puede proporcionar mayor seguridad y continuidad en la administración de la empresa. Si un administrador no puede desempeñar sus funciones por cualquier motivo, los otros administradores solidarios pueden continuar gestionando la empresa sin interrupciones significativas. Esto asegura una mayor estabilidad y continuidad en la gestión de la empresa.

Inconvenientes de la figura de administrador solidario

Sin embargo, la figura del administrador solidario también tiene algunas desventajas. Una de las principales es el riesgo de falta de coordinación y comunicación entre los administradores. Si no existe una buena comunicación y colaboración, pueden surgir conflictos o duplicidades en las decisiones y acciones, lo que puede perjudicar la eficiencia y cohesión de la gestión empresarial.

La otra desventaja es la posible dispersión de responsabilidades. Cuando múltiples personas tienen la capacidad de tomar decisiones de forma independiente, puede resultar difícil identificar quién es responsable de ciertas decisiones o acciones. Esta dispersión puede complicar la rendición de cuentas, la evaluación del desempeño de los administradore o generar inseguridad o desconfianza entre los socios o accionistas, si no hay una clara delimitación de roles y responsabilidades. 

Gestionar una administración solidaria

Son muchas las dudas que suelen surgir en relación a la figura del administrador solidario, único o mancomunado. Cada una de estas figuras tiene sus propias características, responsabilidades y beneficios, lo que puede generar incertidumbre a la hora de elegir la más adecuada para tu empresa. Por eso, es recomendable acudir a la ayuda profesional de una asesoría que pueda orientarte y ofrecerte el asesoramiento necesario para tomar la mejor decisión. 

Si te encuentras en esta situación, en Ofidem estamos aquí para ayudarte. Nuestro equipo de expertos en derecho laboral, fiscal y contable está preparado para resolver todas tus dudas y proporcionarte el soporte que necesitas. Contacta con Ofidem.