Contable Fiscal
25 agosto, 2025

Dar el paso de convertirse en autónomo siempre viene acompañado de un mar de trámites y decisiones. Una de las primeras —y más importantes— es elegir el sistema de tributación que mejor se ajuste a tu actividad. Y aquí es donde surgen las grandes preguntas: ¿qué diferencia hay entre módulos y estimación directa?, ¿qué me conviene más si mis ingresos no son siempre iguales?, ¿qué pasa si gasto más de lo que gano en un trimestre?

La realidad es que existen varios métodos para calcular el rendimiento de tu negocio, pero el más común —y también el más realista— es el régimen de estimación directa. A diferencia de otros sistemas, aquí Hacienda no aplica fórmulas estándar ni baremos prefijados: se tienen en cuenta tus ingresos reales y tus gastos deducibles, es decir, el pulso auténtico de tu día a día como profesional.

¿Qué es el régimen de estimación directa?

Podemos resumirlo de una manera sencilla: la estimación directa es el sistema por el cual los autónomos tributan según lo que realmente ganan menos lo que realmente gastan. No hay medias estadísticas ni módulos por actividad, sino la fotografía fiel de tu negocio.

Si, por ejemplo, eres diseñador gráfico y un mes cierras varios proyectos grandes, tu base imponible será mayor; si en otro mes apenas facturas y, en cambio, inviertes en un nuevo equipo informático, tu carga fiscal será menor. Así de simple y, al mismo tiempo, así de justo.

Se trata de un régimen pensado para quienes quieren que su tributación sea un reflejo exacto de la realidad, aunque eso implique llevar una contabilidad más detallada y ordenada.

¿Quién puede acogerse a la estimación directa?

En principio, todos los autónomos pueden acogerse a este régimen. De hecho, es la opción por defecto para la mayoría, salvo para aquellos que puedan y quieran tributar en módulos.

Suelen optar por la estimación directa:

  • Profesionales liberales como abogados, arquitectos, psicólogos o consultores. La ley no les permite acogerse a módulos y, además, sus ingresos son variables y cuentan con gastos deducibles significativos (despacho, colegiación, material, formación…), lo que hace que este sistema sea el que mejor refleja la realidad de su actividad.
  • Autónomos que superan los límites que marca la Agencia Tributaria para tributar por módulos (Aquellos que superan los 600.000 € de facturación anual.)
  • Pequeños empresarios que prefieren un sistema más personalizado y flexible.

La clave es sencilla: si quieres que tus impuestos reflejen tus ingresos y gastos reales, la estimación directa es tu camino natural.

Tipos de tributación por estimación directa

Dentro de este régimen no todo es blanco o negro. Existen dos caminos posibles: la estimación directa normal y la estimación directa simplificada. Ambas funcionan de manera similar, pero cambian las obligaciones contables y los requisitos.

Estimación directa normal

La modalidad normal es, digamos, la versión más completa. Aquí el autónomo debe llevar una contabilidad muy detallada, casi como una empresa: registrar ingresos, gastos, bienes de inversión, provisiones y suplidos.

A esta modalidad están obligados a acogerse aquellos que superan los 600.000 € de facturación anual y quienes, sin alcanzar ese umbral, renuncian expresamente a la modalidad simplificada.

Esta es la opción común oara negocios con cierto tamaño o volumen, donde la estructura es más compleja y se cuenta con recursos (internos o externos) para mantener al día una contabilidad completa. Piensa en una clínica con varios empleados o en una empresa individual que factura a grandes clientes: necesitan orden, detalle y registros completos.

Estimación directa simplificada

La modalidad simplificada es, como su nombre indica, mucho más ligera en cuanto a obligaciones. Está diseñada para autónomos con un volumen de ingresos más reducido, que no superan los 600.000 € al año.

Su gran atractivo es que, además de deducir los gastos reales, Hacienda permite aplicar un 5% de “gastos de difícil justificación” (con un límite de 2.000 € anuales) sin necesidad de presentar facturas. Es una especie de reconocimiento a que siempre hay pequeños costes de difícil comprobación que forman parte del trabajo cotidiano.

Esta modalidad es ideal para freelancers, profesionales y pequeños autónomos que no quieren complicarse con una contabilidad compleja, pero tampoco quieren renunciar a deducirse sus gastos reales: desde la cuota de autónomos hasta el alquiler del despacho o el material de oficina.

Ventajas del régimen de estimación directa

Quienes eligen este sistema lo hacen, sobre todo, por la transparencia y la flexibilidad. Entre sus ventajas destacan:

  • Realismo: tus impuestos dependen de tus cifras reales, no de baremos generales.
  • Más deducciones: puedes desgravar todos los gastos que estén justificados y relacionados con tu actividad. Lo puedes ver más abajo, en la tabla de amortización del régimen de estimación directa.
  • Visión clara de tu negocio: llevar los libros contables te ayuda a conocer mejor tu rentabilidad y a tomar decisiones con criterio.
  • Mejor acceso a financiación: bancos e inversores confían más en cuentas que reflejan la realidad, y no un cálculo estimado.

Desventajas del régimen de estimación directa

Pero como en todo, también hay un reverso de la moneda. Los mayores inconvenientes son los siguientes:

  • Más papeleo: implica llevar una contabilidad más rigurosa, guardar facturas y presentar modelos con regularidad.
    Coste de gestión: si no dominas la fiscalidad, es probable que necesites contratar una asesoría.
  • Menos previsibilidad: al no haber cuotas fijas (como en los módulos), los pagos trimestrales pueden variar y ser más difíciles de anticipar.

Tabla de amortización en estimación directa simplificada (bienes habituales)

En la estimación directa simplificada, Hacienda permite deducir los gastos de amortización de los bienes que usas en tu actividad (ordenadores, mobiliario, maquinaria, vehículos, etc.), siempre que estén afectos al negocio.

Para hacerlo, no puedes aplicar el sistema de tablas generales como en la contabilidad empresarial, sino que se utiliza una tabla de amortización específica y simplificada que publica la Agencia Tributaria, un listado con los porcentajes fijos de amortización que puedes aplicar cada año según el tipo de bien. 

Dicho de otra forma, te dice qué parte del valor de un bien puedes considerar como gasto deducible anualmente. Veámosla: 

Bien afecto a la actividadPorcentaje anual de amortizaciónVida útil aproximada
Ordenadores, software y equipos informáticos25%4 años
Mobiliario de oficina (mesas, sillas, estanterías…)10%10 años
Maquinaria12%18 años
Vehículos (afectos a la actividad)16%6 años
Instalaciones, herramientas y utillaje20%10 años
Construcciones (locales, naves, edificios…)3%33 años

¿Tributar por módulos o por estimación directa?

La gran cuestión. Y lo cierto es que no hay una respuesta universal, porque depende de cada negocio.

Si tu actividad está dentro de las contempladas en módulos (transportistas, pequeños comercios, hostelería…), tus ingresos son estables y prefieres una gestión sencilla, la estimación objetiva puede ser una buena opción. Aquí tienes un post de blog donde ya hablamos anteriormente sobre la facturación por módulos

En cambio, si tus ingresos fluctúan, tus gastos son importantes o quieres que cada deducción se refleje en tu tributación, la estimación directa es más adecuada. Piensa que, al final, es el sistema que más se ajusta a la realidad de tu bolsillo.

¿Necesito una asesoría si estoy en estimación directa?

La respuesta corta es sí, aunque con matices. No es obligatorio, pero tener una asesoría fiscal de confianza marca la diferencia.

Porque la estimación directa exige orden, disciplina y conocimiento. No basta con guardar tickets en una carpeta: se trata de llevar una contabilidad que soporte una inspección, aprovechar deducciones sin correr riesgos y, en definitiva, dormir tranquilo.

En Ofidem lo sabemos bien. Por eso ofrecemos a los autónomos un acompañamiento cercano:

  • Gestión contable y fiscal, para que no tengas que preocuparte del papeleo.
  • Optimización de impuestos, aplicando todas las deducciones posibles.
  • Asesoramiento personalizado, porque no hay dos negocios iguales.

La estimación directa puede ser tu gran aliada para que tus impuestos reflejen tu realidad. Y si lo haces de la mano de una asesoría como Ofidem, ganarás no solo en control, sino también en tranquilidad.