Contable Fiscal
26 febrero, 2024

En el día a día de Ofidem, vemos el reparto de dividendos en una Sociedad Limitada (SL) se presenta como un tema crucial para los socios de las PYMES. Por eso, hemos creído conveniente realizar este post, que profundiza en los aspectos clave de esta práctica financiera. En él te explicaremos cómo funciona el reparto de dividendos, los requisitos, las obligaciones fiscales y un ejemplo práctico. Esperamos que esta guía te se ade ayuda.

¿Qué son los dividendos?

En una sociedad limitada (SL), los dividendos son la parte de los beneficios que se reparten entre los socios según su participación en el capital social. El reparto se decide en una Junta General de Socios, espacio donde se aprueban las cuentas anuales y se establece cuál será la distribución de beneficios.

Cómo se hace el reparto de dividendos en una sociedad limitada

El reparto de dividendos en una sociedad limitada (SL) sigue un procedimiento formal que comienza con la aprobación de las cuentas anuales por parte de los socios, dentro de una  Junta General de Socios. Una vez aprobadas las cuentas, se debe atender a unos requisitos legales para la repartición de los beneficios

  1. Tener en cuenta la dotación de la reserva legal
  2. Compensar pérdidas de años anteriores, si las hubiera.
  3. No estar en desequilibrio patrimonial
  4. Que el patrimonio neto no sea menor al capital social antes o después del reparto.
  5. Cumplir con las obligaciones tributarias. 

1. Dotación de la reserva legal

La dotación a la reserva legal es un requisito legal para las sociedades, que consiste en destinar una parte de los beneficios netos del ejercicio a una reserva destinada a reforzar la solvencia de la empresa. Esta reserva se utiliza para garantizar la continuidad y estabilidad de la empresa, pudiendo emplearse para compensar pérdidas o para cualquier otro fin que no sea la distribución entre los socios, hasta alcanzar un mínimo establecido por la ley. Actualmente, este mínimo se sitúa en el 10% de los beneficios netos del ejercicio hasta que alcance, al menos, el 20% del capital social de la empresa.

2. Compensar pérdidas de ejercicios anteriores

La compensación de pérdidas en ejercicios anteriores se realiza ajustando los beneficios del ejercicio actual con las pérdidas fiscales pendientes de compensar. Este proceso permite a las empresas reducir la base imponible del Impuesto sobre Sociedades, aplicando las pérdidas de ejercicios anteriores contra los beneficios del ejercicio corriente (bajo ciertas condiciones y límites establecidos por la legislación fiscal). Recomendamos revisar la normativa vigente para conocer los plazos y límites específicos para la compensación de estas pérdidas o bien consultarlo con una asesoría.

3. No estar en desequilibrio patrimonial

Una situación de desequilibrio patrimonial ocurre cuando el pasivo de una empresa supera a su activo, lo que indica que la compañía tiene más deudas y obligaciones financieras que recursos y bienes para cubrirlas. Este desequilibrio puede ser un indicador de problemas financieros serios y, por tanto, una empresa en este desequilibrio no es hábil para el reparto de dividendos. 

4. Que el patrimonio neto no sea inferior al capital social antes o después del reparto

Este requisito asegura la estabilidad financiera de la empresa, indicando que, antes y después de distribuir los dividendos, el patrimonio neto no debe ser menor al capital social (el valor de los aportes realizados por sus socios). Esto previene que la empresa comprometa su solvencia y capacidad para operar, manteniendo un balance saludable entre sus activos y pasivos.

5. Cumplir con las obligaciones tributarias en la SL 

Las obligaciones tributarias en el reparto de dividendos de una sociedad limitada (SL) obligan a aplicar la retención del IRPF. Los dividendos a repartir están también sujetos al Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) en manos de los socios. En 2024, la retención aplicable es del 19%.

¿Cómo tributan en Hacienda los dividendos de una SL?

Los dividendos tributan en Hacienda como rendimientos del capital mobiliario en el IRPF de los accionistas. Están sujetos a una retención fiscal en el momento del pago y el porcentaje varía según el importe, aplicándose los siguientes tipos progresivos: 

<6.000€19%
6.000€ – 50.000€21%
50.000€ – 200.000€23%
200.000€ – 300.000€27%
>300.000€28%

Esta retención se ingresa a Hacienda por parte de la empresa que distribuye los dividendos y se considera un pago a cuenta del impuesto final del accionista. Los accionistas deben incluir los dividendos recibidos en su declaración de la renta anual, ajustando por la retención ya aplicada.

Tipos de reparto de dividendos

En el ámbito empresarial, las formas de distribuir dividendos varían ampliamente en función de las necesidades o voluntad de los socios (y siempre que la situación de la empresa lo permita). Entre las más habituales están:

  • Dividendos ordinarios: Son aquellos que se reparten de manera regular según los beneficios anuales. 
  • Dividendos extraordinarios: Son los que se entregan por eventos no regulares, como ventas significativas en periodos puntuales o acciones que generan una facturación extraordinaria.
  • Dividendos a cuenta: Se trata de anticipos sobre los beneficios antes de cerrar el año fiscal. 
  • Dividendos en acciones: Son aquellos dividendos que se entregan en acciones de la empresa, en lugar de efectivo. Puede incluso ofrecerse un pago mixto de acciones y efectivo.
  • Dividendos complementarios: Son los que se dan después de finalizar el año fiscal, ajustando cualquier pago anticipado o pendiente según los resultados finales.

Ejemplo de un reparto de dividendos

Imaginemos una empresa de servicios de limpieza en su primer año de vida. Se compone de dos socios con un capital social de 5,000€ dividido en dos participaciones de 2,500€ cada una. Esta empresa ha facturado 100,000€. 

Tras cubrir costes y pagar impuestos, debe aportar el 10% de la facturación a la reserva legal (10.000€). Sin embargo, como el año ha sido muy positivo, se pueden permitir aportar tan solo 1.000€ a a la reserva legal porque, con esta cantidad, ya han alcanzado el 20% del capital social necesario para esta reserva.

El beneficio de la empresa, finalmente, es de 14.000€. De mutuo acuerdo, deciden repartirse los beneficios en base a la participación de cada uno (50%). En total, cada socio recibe 7.000€ de beneficio. 

A esos 7.000€ se deberá retener un 19% en IRPF y después, en la renta, aplicarse el tramo correspondiente en función del importe del dividendo teniendo en cuenta la retención aplicada.

¿Se pueden repartir los dividendos sin pagar impuestos?

Como ya hemos visto anteriormente, en el sistema fiscal español, el reparto de dividendos está sujeto a tributación tanto en la empresa como en manos de los accionistas. No existe un método legal que permita el reparto de dividendos sin pagar impuestos. 

En cualquier caso, se puede minimizar legalmente el pago de tributos sobre los dividendos considerando estrategias como la reinversión de beneficios en la empresa, aprovechar los tipos impositivos reducidos para determinadas entidades o realizar una planificación fiscal eficiente que considere las deducciones y bonificaciones aplicables. Para todo esto es fundamental consultar con un asesor fiscal y asegurarte de que estas estrategias se apliquen correctamente y de acuerdo con la legislación vigente, maximizando así la eficiencia fiscal sin incurrir en prácticas ilegales.